Pasión por retar la realidad
11:32 a.m.santovenenomx
El mixólogo israelí Ariel Leizgold, condecorado en múltiples ocasiones y primer finalista de World Class Competition 2015, prometió regresar a Puerto Rico tras su reciente viaje al país para encabezar varias clases magistrales y el inicio del nuevo ciclo del certamen a nivel local. Como parte de sus compromisos con la competencia anual de Diageo Reserve, pasará este año viajando el mundo.
Por Dentro tuvo un ameno encuentro con Leizgold en la barra del Hotel La Concha, donde además de contar sus 35 años de historia revivió en una demostración el proceso creativo mediante el cual ideó en la pasada competencia sus tragos “A Night at the 54” y “Valentine Day Massacre”. Nos recibió con una amplia sonrisa, con un traje finamente entallado, zapatos en piel de distintos colores (incluyendo amarillo brillante) y su inseparable maletín decorado con un disco telefónico. El amante del ‘vintage’ que es capaz de comunicarse en seis idiomas, incluyendo español, contó que es el menor de dos hermanos fruto del matrimonio de una pareja de médicos rusos que emigraron a Israel, donde nació y donde vive.
Así comienza a presentarse: “Nací en una ciudad que se llama Be’er Sheba, está al sur, en el desierto de Israel. En los últimos 15 años estoy viviendo en Tel Aviv, es una ciudad que está sobre el mar Mediterráneo. Hago cócteles, tengo varios bares, restaurantes en mi ciudad y gané el segundo lugar mundial en el concurso World Class en Sudáfrica”.
“Siempre supe que iba a hacer hospitalidad. Tuve una familia y una casa con mucho calor, somos muy cercanos y mis papás siempre tuvieron invitados, siempre era un tema el tamaño de la sala porque siempre había gente en la casa. Mi mamá preparaba todo y papá era como un ‘host’, siempre tiene un chiste, son personas muy amables y eso aprendí de ellos. Siempre supe que iba a trabajar con gente, quería encontrarme con mucha gente todo el tiempo, ver cómo va su vida, cómo puedo tener una pequeña influencia en su vida. Así pasó cuando tuve 17 años y empecé algo que era solo por el verano, pero nunca lo dejé”, recuerda sobre el origen de su gran pasión.
Ríe a carcajadas al explicar que en su primer intento por hacer un trago produjo algo “muy feo, probablemente demasiado dulce”, y de inmediato enfatiza que poco a poco –“no había internet”- comenzó a investigar y a adquirir conocimiento que años más tarde convertiría en un libro y en un curso. “Cuando tuve 18 fui a la escuela más grande de Israel de ‘bartending’, hice un curso y empecé a trabajar más oficial. Unos ocho o nueve años después empecé a enseñar en esa misma escuela y unos cinco o seis años (más tarde), cuando tuve bastante éxito en el mundo, escribí el libro (‘Zman Amiti’, 2012) y el curso de esa escuela haciendo mi sistema de enseñar a los bartenders del futuro. Era el cierre de un ciclo para mí”, relata.
Entonces se centró en su faceta como empresario. Ya en 2008 había fundado el primer ‘cocktail bar’ de Israel, llamado 223, y en 2010 el restaurante mediterráneo Kalamata en la ciudad antigua de Jaffa. En 2014 le tocó el turno a Spicehaus, un ‘cocktail bar’ temático que recrea una farmacia, y a Bellboy, con un ambiente subrealista.
¿Qué te define, cuál es tu identidad como mixólogo?
“Creo que trato de retar la realidad. Estoy probando hacer las cosas no tan normales, hacerlas experienciales, hacerlas un poquito surrealistas, siempre estoy hablando de hacer la experiencia festiva, de preguntarnos cómo se ve un cóctel, como se ve una porción de comida, cómo hablamos, qué lingo usamos, todas esas cosas son creando la experiencia total y eso es lo que estoy buscando, el viaje después de la experiencia total”, responde.
¿Qué hay en ti que te ha hecho destacarte?
“Hoy entiendo muchas cosas sobre la vida, sobre la vida personal y la vida profesional, que la hospitalidad no es un tema, no es una cosa específica, es muchos detalles pequeños que completan una experiencia total y ese entendimiento me da el empuje de hacer mis cosas, de presentarlas, porque cuando hablas de cosas que te mueven, que te gustan, que amas, la gente te cree. La hospitalidad no es sobre comida, ni bebida, es sobre la gente. Cuando expresas tu alma, no solo tu trago, la gente te cree y quiere estar cerca y cuando quieren estar cerca así tienes éxito”, contesta, en un ánimo más reflexivo.
Leizgold asegura que en la clase magistral que ofreció a 100 bartenders del patio observó que “es algo en lo que quieren mejorar”. “De lo que vi de la coctelería de los chicos, la coctelería le gusta a Puerto Rico, están hablando mucho de las frutas, de las hierbas locales, de la gastronomía local y me hizo sentir súper bien eso porque es súper rico estar con gente que tienen pasión, uno le da la inspiración y te dan la inspiración (a tí) también”, agradece.
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